Para
todo análisis astrológico, en donde no se conozca la carta astral, hace falta
saber con extensión de significados lo que representa cada signo zodiacal y
observar la dinámica de relaciones que se viven con ellos, tanto como padres,
hermanos, amigos, compañeros, etc., qué efecto generan en la persona, qué tipo
de emoción se proyecta, que memoria se acumula, qué se compensa y qué se
introyecta a medida que las experiencias lidian saberes. Primero se atiende la
triada padre, madre e hijo, luego los hermanos y luego la cantidad de vínculos
que se van conciliando a medida que se
toma conciencia individualista, así se comprenderán los laberintos energéticos
y la amplitud de sincronicidades, señales de un mundo interno vasto, rico y por
descubrir hasta la muerte, ese truco de magia.
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